Como todos sabemos, la primera impresión influye mucho en el modo en que se desarrolla una relación entre personas, por lo menos en los primeros compases. En el caso del proceso de selección pasa exactamente igual. Siendo la foto de un candidato lo primero que conoce el reclutador, es imprescindible que seamos capaces de elegir la foto más adecuada para ese momento tan importante.
Desde el equipo de RR.HH de Cetelem no os vamos a decir que no vale cualquier foto, esto es evidente. Os queremos contar algunos matices que merece la pena considerar antes de decantarse entre varias fotos que podríamos considerar a priori como “válidas”.
El primer consejo es contar con un profesional si no somos capaces de asegurar nosotros mismo la calidad de imagen que merece nuestro currículum (lo mínimo que se espera es una foto bien iluminada y bien enfocada…). Dicho esto, algunos detalle a tener en cuenta son:
- Cuida la manera de vestir, evita parecer demasiado informal. Elige colores que te favorezcan (¡pide consejo si lo necesitas!) y una indumentaria acorde al sector y perfil profesional al que estás optando.
- Tú tienes que ser el protagonista absoluto de la foto. Por muy bien que salgas en aquella foto de grupo que os hicieron… intenta tener un buen retrato de ti mismo, solo. Puede que no hayamos recortado tan bien la imagen como creemos, y aún se vea el hombro de alguien, o su sombra…
- Sonríe, pero no rías. Evita la carcajada e intenta mostrar tu mejor sonrisa “leve”.
- Evita la foto de carné. Es mucho más profesional un retrato en plano medio (fotografía que empieza más o menos en el pecho) que un primerísimo plano o una foto de cuerpo entero. Como decíamos, si podemos contar con un fotógrafo profesional, mejor. Además de tomar un encuadre y un plano adecuado, será capaz de usar la luz para que aparezcas en un ambiente más natural, sin un fogonazo de flash en la cara.
- La fotografía tiene que ser reciente. Puede que ya te tomaras la molestia hace unos años de hacerte una buena fotografía con fines profesionales, siguiendo quizás estos y otros consejos. Si han pasado más de 3 o 4 años (o menos, pero es evidente que has cambiado físicamente), entonces es hora de renovar tu retrato. Un corte de pelo radicalmente distinto, o un afeitado o barba que antes no estaban; o el temido aumento de peso, son detalles que un reclutador percibe y por los que quizá se sorprenda. Intentemos que solo se sorprenda por nuestras capacidades y ganas de trabajar.
