Esta semana en Cetelem, proponemos un tema especialmente interesante… Hace 21 años que la RAE incluyó por primera vez en el diccionario la palabra “procrastinar”. Hayamos leído o no su significado, todos sabemos muy bien lo que significa posponer, dejar para mañana, estar haciendo de todo menos lo más importante y, por tanto, lo que deberíamos estar haciendo en este momento…
Por el esfuerzo que supone realizar determinado tipo de tareas es frecuente no encontrar el momento adecuado para abordarlas. Esto nos pasa siendo estudiantes y/o trabajadores.
Que puntualmente decidamos aplazar algo importante es, simplemente, inevitable. Lo problemático es convertir esta “perezosa” actitud en un hábito que, sin duda, puede dañar seriamente nuestra productividad.
Te damos algunos consejos para ganar la batalla a la procrastinación:
1- Haz listas de tareas: prioriza, trata de poner sobre un papel lo que es importante y urgente, y lo que no lo es. Esto te ayudará a identificar lo que es necesario abordar cuanto antes (te recomendamos echar un ojo a la matriz de Eisenhower para la gestión del tiempo)
2- Establece objetivos: “Terminar X tarea en 25 minutos” es un objetivo específico, accesible, secuenciado (luego vendrán otros momentos para abordar las siguientes tareas del mismo proyecto) y realista (trata de dividir el trabajo en tareas que puedan realizarse en periodos de tiempo limitados)
3- Rompe la barrera del “minuto -1”: En el momento en que sabes perfectamente “qué tienes que hacer”, evita pensar en el “qué podrías hacer”. El minuto antes de empezar a trabajar es el peor momento para los procrastinadores frecuentes, el gran obstáculo a superar. Piensa que en cuanto te pongas manos a la obra, todo será más sencillo de lo que pensabas.
4- Evita la distracciones: Aunque parezca complicado, tenemos que evitar consultar el correo electrónico, el móvil y la chalra con los compañeros de trabajo (o de estudio). Si lo crees oportuno, puede ser positivo hablar con ellos para pedir que no se te moleste a no ser que sea importante y urgente.
5- Respeta los descansos: Si eres capaz de cumplir con el plan de trabajo que te has impuesto, en los tiempos acordados, también tienes que ser capaz de respetar tu descanso. Hacer pausas para desconectar es necesario de cara a retomar nuestras obligaciones con más ganas. En el caso de la “técnica pomodoro”, por ejemplo, nos tomaremos 5 minutos de descanso por cada bloque de trabajo de 25 minutos.