La carta de recomendación es un recurso muy útil y diferenciador en un proceso de selección. Este documento acredita nuestro paso por una empresa y nuestro buen hacer, sirviendo al reclutador para verificar nuestro currículum y a nosotros para avalar aquello que estamos contando sobre nuestra experiencia.
Las cartas de recomendación, normalmente redactadas por los departamentos de recursos humanos o nuestros superiores jerárquicos, pueden sernos solicitadas como candidatos durante un proceso, pero también pueden ser directamente aportadas por nosotros dando más valor a nuestra presentación en la entrevista.
Hay algunos detalles que conviene tener en cuenta a la hora de solicitar y usar las cartas de recomendación, en este artículo queremos listar los 3 más importantes:
- Hay que elegir muy bien a quién se pide una carta de recomendación antes de abandonar un puesto de trabajo. Piensa en compañeros y jefes y valora el contacto profesional que han tenido contigo, sus cargos, responsabilidades y trayectorias. Quizá te convenga más solicitar esta recomendación a alguien con menos rango dentro de la empresa, pero con más experiencia de trabajo de equipo contigo. Y por tanto que te conozca mejor.
- No es recomendable añadir una carta de recomendación a un currículum vitae que se está enviando. Lo ideal es entregarla personalmente en un proceso de selección si es requerida, o hacerlo de manera proactiva cuando no se nos ha pedido, siempre que estimemos que aporta valor a nuestra entrevista con el reclutador y/o puede ser decisiva en la diferenciación de otros candidatos.
- Valora tener una o dos cartas de recomendación de peso, y no más. No se trata de coleccionar cartas, sino de acreditar nuestra profesionalidad. Una o dos recomendaciones de profesionales con cierto reconocimiento y rango profesional deberían ser más que suficientes para enfrentarse a cualquier proceso de selección.